No suelo hablar en este blog de cosas que no sean puramente de mi “juego a ser músico” pero hoy, por ser un día especial, me vais a permitir que haga un “flash back”. Hoy 27 de enero de 2009, hace 20 años que tuve la oportunidad de asistir a mi primer concierto, cierto es que por no haber nacido 5 años antes me perdí todo el boom del Heavy Rock de los 80, pero aún iba a tener la oportunidad de en el vagón de atrás, engancharme a esa época maravillosa. Después de varios intentos fallidos, por fin íbamos a ver en directo a SCORPIONS que tocaban 2 noches en el pabellón del Real Madrid no sin problemas ya que 3 años antes había ocurrido la desgraciada muerte de aquel chaval en la actuación de los alemanes en el campo del Rayo, esa noticia la vi por la TV y ya entonces quería haber asistido pero, tenía 13 añitos. Mi gran amigo Jesús era (y es) otro loco que también tenía el aguijón del escorpión ya en las venas y era algo súper excitante. Recuerdo que llamábamos a la extinta Discoplay haciéndonos pasar por algún infecto locutor radiofónico para preguntar si ya habían salido a la venta las entradas hasta que nos lo confirmaron y la tuvimos en nuestro poder. Entradas, no papeles impresos infames como hacen ahora. 2500 pelas (15 euritos de na) valía la mayor ilusión que íbamos a tener.
Como decía, la banda tocó 2 noches, el 26 y el 27 de enero de 1989, nos situamos en el 26 por la noche cuando quien escribe estuvo grabando la retransmisión que hizo Mariano García y que por supuesto, aún conservo, recuerdo la emoción del principio y la sensación de “nos poder esperar más” que incluso ahora tengo el día antes de cualquier concierto de Scorps. Ni corto ni perezoso y contra su voluntad, le dije de carrerilla a Jesús todo el repertorio unas horas antes de ir al Pabellón. Mi otro hermano Fernan y otros 2 amigos nos juntamos para que nuestros padres nos llevaran al recinto. Según íbamos llegando las sensaciones fueron cambiando, de la ilusión pasamos al “canguis” al ver tropecientos camiones de la Policía y miles de Heavys en la cola cuando nosotros éramos 4 chavalines que pensábamos que nos iban a quitar hasta los calcetines.
Con mucho miedo entramos en aquel pabellón llenito de humo y donde el aroma a hierba de la risa era nuestro compañero inseparable. Aún sin tiempo a asimilar la experiencia, se apagaron las luces y las chicas de VIXEN fueron las que abrieron, recuerdo sobre todo a la bajista Share Pedersen y su bajo rojo, esos temas comerciales y “AOReros” también forman parte de la historia para siempre, “Cryin”, “Edge of a Broken Heart”, “Cruisin”… buen aperitivo para lo que iba a pasar en unos minutos cuando, después de una interminable intro, pude (mal) ver la inmensa figura de Rudolf Schenker comenzando a tocar “We let it Rock..You let it Roll”, en un instante Francis Buccholz, Matthias Jabs, Herman Rarebell y Klaus Meine estaban ahí , sonando como el culo de mal pero ahí, la espera había terminado!!!, estábamos totalmente “In trance”, tanto, que el segundo tema “Blackout” las terribles avalanchas hicieron que Fernan casi se cae si no es porque le sujeté, con las consecuencias que hubiera tenido, aquello era la guerra!!!!. Poco a poco, comenzamos a disfrutar el concierto cuando aquellos exaltados melenudos se fueron apartando una vez pasados 3 temas. Yo con una cazadora vaquera de borrego (tela) abrochada hasta la nuez por si me quitaban algo y sudando (obviamente) como un pollo estaba en el éxtasis viendo a Klaus sin gorra!!! y aquellas caras de Matthias, que tenía un cardado sospechoso el cual ya adivinaba lo que poquísimo tiempo después sería una realidad, la enorme alopecia que sufre. Momentos clave para mi fueron “Every minute every day”, “Can´t live without You”, un “Still loving You” que fue la única vez que me ha emocionado y “Dynamite” con el que Fernan se volvió loco. La salida fue un infierno de empujones y avalanchas pero con todos esos recuerdos que he intentado plasmar 20 años después y espero que dentro de otros 20 años vuelva a hacerlo.
Como decía, la banda tocó 2 noches, el 26 y el 27 de enero de 1989, nos situamos en el 26 por la noche cuando quien escribe estuvo grabando la retransmisión que hizo Mariano García y que por supuesto, aún conservo, recuerdo la emoción del principio y la sensación de “nos poder esperar más” que incluso ahora tengo el día antes de cualquier concierto de Scorps. Ni corto ni perezoso y contra su voluntad, le dije de carrerilla a Jesús todo el repertorio unas horas antes de ir al Pabellón. Mi otro hermano Fernan y otros 2 amigos nos juntamos para que nuestros padres nos llevaran al recinto. Según íbamos llegando las sensaciones fueron cambiando, de la ilusión pasamos al “canguis” al ver tropecientos camiones de la Policía y miles de Heavys en la cola cuando nosotros éramos 4 chavalines que pensábamos que nos iban a quitar hasta los calcetines.
Con mucho miedo entramos en aquel pabellón llenito de humo y donde el aroma a hierba de la risa era nuestro compañero inseparable. Aún sin tiempo a asimilar la experiencia, se apagaron las luces y las chicas de VIXEN fueron las que abrieron, recuerdo sobre todo a la bajista Share Pedersen y su bajo rojo, esos temas comerciales y “AOReros” también forman parte de la historia para siempre, “Cryin”, “Edge of a Broken Heart”, “Cruisin”… buen aperitivo para lo que iba a pasar en unos minutos cuando, después de una interminable intro, pude (mal) ver la inmensa figura de Rudolf Schenker comenzando a tocar “We let it Rock..You let it Roll”, en un instante Francis Buccholz, Matthias Jabs, Herman Rarebell y Klaus Meine estaban ahí , sonando como el culo de mal pero ahí, la espera había terminado!!!, estábamos totalmente “In trance”, tanto, que el segundo tema “Blackout” las terribles avalanchas hicieron que Fernan casi se cae si no es porque le sujeté, con las consecuencias que hubiera tenido, aquello era la guerra!!!!. Poco a poco, comenzamos a disfrutar el concierto cuando aquellos exaltados melenudos se fueron apartando una vez pasados 3 temas. Yo con una cazadora vaquera de borrego (tela) abrochada hasta la nuez por si me quitaban algo y sudando (obviamente) como un pollo estaba en el éxtasis viendo a Klaus sin gorra!!! y aquellas caras de Matthias, que tenía un cardado sospechoso el cual ya adivinaba lo que poquísimo tiempo después sería una realidad, la enorme alopecia que sufre. Momentos clave para mi fueron “Every minute every day”, “Can´t live without You”, un “Still loving You” que fue la única vez que me ha emocionado y “Dynamite” con el que Fernan se volvió loco. La salida fue un infierno de empujones y avalanchas pero con todos esos recuerdos que he intentado plasmar 20 años después y espero que dentro de otros 20 años vuelva a hacerlo.
Desde aquel 27 de enero de 1989 todo fue distinto, ahí empezó algo que aún hoy no ha terminado………..ni terminará
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